jueves, 4 de abril de 2013

Sutil fragilidad


Quién dijo que volverán las golondrinas, las estridentes o las oscuras. El tiempo de las cerezas, pulposas y rojas. Qué insomne podría jurar en su travesía de sombras, que regresará el sol con su luz y el alboroto de la mañana. O qué obrero fatigado, la luna y las estrellas, y el descanso que tanto ansía, o los tibios brazos de la esposa.
Qué número da por descontada la continuidad de las olas, o la persistencia de los ríos.  Cuál es el fenómeno que asegura las nubes o las lluvias. Qué anillo, qué altar o que rúbrica, la vida eterna del amor. Dónde está el libro que garantiza el frío de invierno o el calor de verano. O a ellos mismos.
Como si lo dado por hecho ya estuviese escrito, y lo escrito destinado a cumplirse sin mancha, y no se percibiese final en el transcurso de todas las cosas.