jueves, 30 de diciembre de 2010

Impotencia


"Nadie tiene la culpa. Ni la tienes tú ni la tiene ella. Me atrevería a decir que la culpa es del mundo, por estar hecho de esta manera. Pero el mundo no se puede cambiar. Sería lo mismo que tratar de invertir el curso de un río."

Haruki Murakami

Sueño con una mujer que clama por mí, en la otra orilla, en la otra tierra, en el otro mundo. Detrás de las montañas, después de los mares, más allá de las estrellas.
Los bucles negros le caen dóciles sobre los hombros blancos, le recorren dulce y onduladamente la espalda. La sonrisa está en sus ojos. Su boca es el centro del sueño. Clama por mí, su boca es la que clama y yo no puedo llegar hasta ella, porque vivo atado a un muro.
Literalmente, sueño con la mujer que clama por mí. Que alza sus brazos como una devota desesperada. Yo sería su esclavo, ciego. Pero ella no lo sabe, sólo yo la escucho. Ella no puede verme, ni escucharme, no puede intuir lo que siento.
La mujer que se desgarra detrás de la ventana neblinosa, detrás de la puerta clausurada, debajo del techo negro. Grita, su grito puede ser una caricia, pero es una astilla en mi garganta. Quizá, ella misma sea el muro.
Nada se pierde con estar vivo. Desde otra patria una voz repite "o soño os quite o sono"...

Imagen: Egon Schiele