Mirar con ojos muertos las nubes que se amontonan y amenazan, o las que se esfuman dejando una extraña sensación de despojo.
Mirar con ojos muertos, los colores que nada modifican y nada dicen. Hundirse en el agua, girar las piedras en la mano. Desnudarse. Estarse desnudo sentado en una roca y sentir que el agua nos acaricia el sexo.
Buscar el motivo del rodeo, del proceso, de la mera circunstancia de estar. Buscar, sólo buscar, quizá, inutilmente...
ayer se lo comentaba a otra amiga de por acá...cuando logro esa comunión conmigo misma es cuando me meto en el agua, cuando sumerjo mi cuerpo, y ahí percibo la nada y el todo. Un abrazo Edmundo!
ResponderEliminarEdmundo
ResponderEliminarHermosa alegoría del encuentro contigo mismo.
Un abrazo y un buen año 2011 para ti.
Yo amo el mar, quizá él es quien podría proveerme una sensación parecida a la que describes.
Tumbarse sobre el pasto y quedarse ahí,sin parpadeo,sentir el aire rozando la piel,tratar de retenerlo con las pestañas,sentir como cae una gota de los ojos y no entender,no saber que es una lágrima y dejar que todo pase,que las nubes se esparzan por todo el azul,¿qué es el azul? ¿cielo? ¿qué es el cielo? quedarse ahí sin entender,sin saberse en un lugar,...olvidarse...
ResponderEliminarAlgo en mí se une a ti.
Nunca inutílmente, pero siempre sin cesar. Esa búsqueda nunca tiene final
ResponderEliminarDesde la distancia...
Parece un paseo inevitable. Jodidamente a veces, sí.
ResponderEliminarCuando leo a Edmundo siento como quien se mira en un espejo. Un espejo que pone a la luz zonas oscuras, abismos...Sé que Edmundo es ficción, pero, sin embargo, leerlo es un consuelo momentáneo a la soledad y la intemperie. Sus textos son como un bálsamo(uno que incluye mucha ortiga, mucha espina, pero que aun así alivia el alma..)Besos
ResponderEliminar