viernes, 21 de octubre de 2011

Preámbulo del cansancio


Tal como se acepta la ignominiosa derrota, se comprende, o digo, empiezo a comprender la pulsión de los años o la inminencia del vacío. Vastas nubes de muerte, manchas informes, invaden mi cuerpo, o invaden esa cosa impalpable que se siente como una bolsa de aire en el pecho, devastan los espacios de luz, arrasan, dejan, igual que tornados, desolaciones insondables. Daños irreparables.
Empiezo a estar cansado de un cansancio que abruma. Los ojos se cierran. La muerte nunca es repentina, sino un proceso. No es la vida, sino la muerte lo que transcurre. Es la muerte lo que empieza desde que soy parido. La vida en sí, es una paradoja, ya que nunca estamos vivos del todo sino algo muertos, muy muertos o muertos.
Está el golpe final, el hachazo. Pero entretanto lo que crece es la desesperación, porque no vas a poder leer los libros de tu biblioteca ni conocer las ciudades que soñabas.
Las nubes se ven o no, pero siempre están por ahí, como mariposas, haciendo de cronómetro histérico. La arena que cae somos nosotros. Las mariposas andan por ahí, hasta que se posan definitivamente y después, nada. Pero nada.

5 comentarios:

  1. Edmundo, me gusta tu texto, el transcurrir de la muerte, y las mariposas de la foto, para perseguir mientras todo esto sucede. Saludos!

    ResponderEliminar
  2. "...No es la vida, sino la muerte lo que transcurre..."

    ese es el frío que me corre por la espalda?

    No sabés cómo te extrañé, un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Nadie podía haber expresado el transcurrir de la muerte mejor que tú, avanzando implacable. Yo también he pensado siempre lo mismo. Desde que comienza la vida intrauterina comenzamos a morir.

    Quererte es tan fácil...

    Me permitiré robar una frase de este texto que es casi perfecta: "Empiezo a estar cansado de un cansancio que abruma"-

    ResponderEliminar
  4. Ojalá fuera nada lo que tuviera dando vueltas ahora por la cabeza. Nada de nada. O mariposas.

    ResponderEliminar
  5. Sin embargo, algún día, terminaremos por morir del todo.....Pero pienso que ahora no has de estar menos vivo que hace 10 años, porque lo que marca la gran diferencia es ese hachazo final del que hablas. Y ese cansancio es sólo la consecuencia natural del movimiento vital(que como todo movimiento lleva en si mismo el germen de su extinción), que va perdiendo fuerza con respecto al impulso inicial. Quizás al comienzo vivir es fácil y natural, y con el tiempo la vida necesita un mayor grado de implicación por nuestra parte. Se crea la conciencia de que por cada una de nuestras decisiones hay infinitas posibilidades que son inhabilitadas. Pero cada paso es precioso, porque es en él dónde nos definimos.Lo que cuentan son los libros que sí hemos leído, las ciudades que sí hemos visitado. La vida no es una omisión, sino un posicionamiento. Y si hay amor en nuestros actos sentimos como la muerte se mantiene al otro lado de la línea....Por cierto que anteayer leí en Murakami un párrafo muy hermoso sobre las mariposas y lo efímero de su delicada existencia. Me gustó encontrármelas aquí. Beso

    ResponderEliminar