martes, 14 de febrero de 2012

Vacío (II)

"- Y quién es mi padre?
 - Un simple vacío."


"1Q84" - Haruki Murakami
                                                                                 
Vengo del Vacío a suplir un  vacío intrascendente. Un vacío que otro deja para volver al primordial Vacío, o quién sabe, tal vez sólo se mueva hacia algún otro vacío que nadie le pide que ocupe, que podría quedar hueco, agujero, vacío, nada.
Caóticos vacíos, nubes enloquecidas de polvo imperceptible, dos, tres, cuatro lunas, buscándose, atrayéndose mutua e inútilmente, para complementarse de alguna forma que parezca “plena”, pero siempre es incompleta, imperfecta.
Vergas durísimas, vaginas dispuestas, otras con dientes, amores eternos, leyendas, religiones,  cuentos como brazos tiernos que nos acunan, hasta el retorno al Vacío, el perfecto Vacío, el que no puedo nombrar pero nombro desde mi capricho, desde mi impotencia, desde mi boca absurda, desde mi lengua enrevesada, desde mi paladar negro, desde mi cuerpo todo que pretende “conocer” lo que no le es dado conocer sino antes o después, no mientras, antes o después, cuando me despojo de esta pátina de arrogancia, y ésto, tampoco es.  

2 comentarios:

  1. Podría decir, por ejemplo, "podría decir tanto de este texto que mejor no digo nada", dejando entonces un vacío que no es tal sino la ilusión del vacío. Porque en los vacíos puede existir la sospecha de algo posible, o de algo imposible; pero algo existe y ocupa esa "nada", que nunca es absoluta. Creo, yo que sé, me enrosqué con el texto jajajaja (divagues a las diez de la noche). Un abrazo, Edmundo.

    ResponderEliminar
  2. Antes solía pensar que si hallara a alguien capaz de nombrar mi propio vacío, este dejaría de ser tan demencial y apabullante. Esa conciencia de mi propio vacío en el otro, en cierto modo, lo aniquilaría, porque el reconocimiento, la paridad,parecen capaces de llenar de agua un cubo que no tiene fondo... Ahora sé que nadie ha de nombrar mi vacío, es más, ni siquiera podré reconocer mi propio vacío en el del otro. Tratamos de asirlo con palabras, pero no serían otra cosa que una circunferencia que delimita el espacio de ese vacío, pero jamás serán ese vacío en sí. Así que las palabras son insuficientes. Y el vacío innombrable, e irreconocible.

    ResponderEliminar