martes, 21 de septiembre de 2010

Obsesión


No quiero dejar de volar, aunque me aterran los vaivenes. No quiero dejar de mirarte desde esta altura que me otorga una ventaja nada despreciable: puedo verte desde toda perspectiva, percibir cada defecto, o cada mínimo detalle de belleza.
Puedo sentir, además, otra dimensión de mi, oscura, aunque desde abajo, vos te empeñes en humillarme, en refregarme limitaciones, en decir, que la superioridad no pasa por volar, sino en arrastrarse con delicadeza y perspicacia. Puedo todo y puedo nada.
Advierto que me encanta volar, estar así, suspendido en el aire, flojo como un pájaro que se deja llevar por el viento, como un náufrago resignado, y aun a sabiendas de que no puedo disfrutar de mis vuelos rasantes junto al mar, de mis deslizamientos suaves por sobre los valles iluminados de color, y verde, de mis vertiginosos descensos a los lugares donde ningún hombre llega. Aun a sabiendas, digo, de que vuelo sólo para verte, para verte y nunca tenerte.
Para eso vuelo y no para otra cosa. El amor te vuelve un pájaro obstinado.

Imagen: René Magritte - El castillo en los pirineos

9 comentarios:

  1. ¿Qué puedo decirte? Sólo que te leí y que me dejaste pasmado. Eres bueno, Edmundo. ¿Algún día te quitarás la máscaras y nos dejarás conocerte, saber quién eres?

    ResponderEliminar
  2. quién puede humillar a quien está arriba? yo no podría...me encanta que vueles; y a pesar de tus limitaciones, te noto más altivo, mas up! demás está decirte que me encantó este escrito??? ABRAZO

    ResponderEliminar
  3. No tengo dudas,lo sabes todo y nada.

    ResponderEliminar
  4. Mejor ser un pájaro obstinado y enamorado que estar solo... me ha gustado mucho este lindo volar tuyo...

    Abrazos...

    ResponderEliminar
  5. Edmund, al final se nos quemarán las alas porque están hechas de cera, porque el amor es solo un espejismo y se desvanece al igual que la cera se derrite...

    ResponderEliminar
  6. Es bueno estar en las nubes. Ver el mundo desde arriba nos libra del riesgo, y del dolor. Desde arriba estamos a salvo. Pero qué estimulante es tocar la carne, sufrir el rechazo, y darnos cuenta de que arriba y abajo son dos realidades que hay que vivir para poder no estar en ningun lado.
    Amigo Edmundo, me lo paso muy bien leyéndote.
    ¡salud!

    ResponderEliminar
  7. Pues sí, nada como mantenerse siempre en lo alto. Lástima que, indefectiblemente, en algún momento habrá bajón, sea pausado o de sopetón. Pero mientras dure, pues a gozar ese viaje por las alturas… como en alfombra mágica.

    Un beso

    PS. El lienzo de Magritte es genial

    ResponderEliminar
  8. sólo para mirar de esta manera vale volar. ascender en vertical sólo para ver a otro desde cada uno de sus interminables ángulos.

    ResponderEliminar
  9. A mi también me encanta volar.

    Besos,

    Cyn.

    ResponderEliminar